Una porción del mar, fugada del péndulo de olas.
La última gota de un vaso compartido y olvidado.
Una gota confundida que cae
en la multitud de un azul invisible
que llora y grita.
La tímida humedad que atraviesa el umbral de un poro
abierto por el ejercicio del amante nervioso.
La temprana capa mojada que lubrica un labio.
Un grano de sal, áspero y hecho agua en la garganta.
Una lágrima anónima que se empeña en sumergirse
en el olvido, no detiene nunca sus contactos.
(me gusta tu nombre, es corto, efímero, insinuante y evocador, qué más puede pedírsele)