Publicado por
P.
en
20:49
La pastilla cruza las piernas
y aguarda que el perfil se haga un rostro entero.
La cabeza gira, y centra la mirada
en la píldora impaciente sobre la mesada.
El vaso de agua se derrite en la expectativa.
La mirada se achica en el arco oscuro del centro.
El mundo se va. Vive las pastilla.
La mano empuja el botón blanco
de droga mortal en la cavidad vacilante y sin palabras.
El agua abraza la lengua ya muerta
del equivocado tardío.
¡Que tengas suerte!
¡No muerte!